jueves, septiembre 28, 2006


ESTAMOS TRABAJANDO PARA SOLUCIONAR SU PROBLEMA.....Si, exactamente eso me dijo la señorita que atiende siempre en el 114 (el número para pedir reparaciones) y no digo ni pongo aquí lo que la gente de Speedy (la banda ancha de Telefónica y la madre que los parió) me viene diciendo desde hace un par de semanas. En fin, se me juntaron montones de cosas, entre trámites, trabajo, re-operar a Fachi porque uno de los clavos le molestaba y no la dejaba caminar bien (hoy la he llevado y le han sacado el clavo molesto pero le han puesto dos mini-clavos para que siga firme) y la puta mierda de internet y del teléfono que no funcionaba. Todo esto sumado a que en la oficina tuve que cambiar montones de componentes de la computadora y que la laptop tuvo un virus, bueno.....que decir, estuve hasta las pelotas de cosas.
Ahora dejo esta entrada y me voy al garage que Fachi se está despertando de los sedantes y seguro estará temblando, la voy a tapar y a darle calor humano!!!!!.
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La foto que publiqué al inicio de la entrada fue sacada en Montbau en la segunda quincena del mes de octubre de 2004, el día en que la pediatra y la psicóloga de Hospital Central se daban un beso. Si, pongo eso para que lo recuerden todos aquellos que ingresen a este blog. Ese mismísimo día se nos quemó el televisor. Me atrevo a decir que fue el 15/10/04 porque era el cumpleaños de Damian F. y cuando lo llamé le conté la mala nueva. Y bueno, lo tiramos dentro de la bañera de metal (no recuerdo bien el material) que estaba sobre la acera, cercana a unos volquetes de BCNeta.

martes, septiembre 12, 2006


DÓNDE VA LA GENTE CUANDO LLUEVE se preguntaban, hace un par de lustros, en una canción del grupo hippie-revolucionario, Pedro y Pablo los integrantes Jorge Durietz y Miguel Cantilo.
Y creo que no cabe duda, la gente cuando llueve va a los mismos lugares que cuando no llueve y, si no va a todos, por lo menos va a casi todos.
Ayer llegando al estadio de River Plate me asaltó una duda que más que una duda es un interrogatorio recurrente, el del eterno retorno o mejor dicho el de la eterna pregunta de dónde va la gente que mientras uno llega a la cancha, circula en dirección contraria al estadio. A ver si me explico, mi pregunta concreta sería: Qué mierda hacen los cientos de individuos que faltando 5 minutos para que los equipos ingresen al campo de juego te cruzan por la calle caminando en sentido contrario -pero con atuendos de domingo, esto es con ropajes riverplatenses- al que circula el grueso de la gente que va a ver los partidos.
Esta pregunta la tengo hace bastante, pero se me presentó de manera más severa en este último tiempo. Antes tal vez la misma gente hacía el mismo recorrido inverso, el recorrido de la salida del estadio cuando en realidad los hombres de a pie hacemos el camino hacia el estadio cuando esta por comenzar el encuentro y desandamos el recorrido que hicimos unas dos horas antes, cuando nos retiramos del mismo. Eso es siempre igual, el camino no cambia, lo que a veces cambia es le humor -se gana, se empata o se pierde- al salir del estadio.
Pero esta gente no, esta gente se va cuando tiene que venir y tal vez venga cuando tiene que irse, no me queda muy claro. Pero repito, antes lo veía menos porque solía llegar con tiempo para ver la reserva y para charlar un rato con la gente que viene conmigo a la cancha, pero últimamente disfruto de las colas ingentes, las filas triples y hasta cuadruples de hinchas comprando la entrada y hasta a veces de algún que otro arrebato entre gente y policias o cuando hay que cruzar mucha calle llena de caballos y por ende de la mierda que los mismos hacen en la acera. Bahh ahora que lo pienso, tampoco hago yo las colas ingentes porque al ser socio entro directamente, pero bueno, un poco de sufrimiento literario no viene mal, al menos para rellenar viene bastante bien.
Bueno, igual no resolví ni descubrí nada este domingo que ganamos 2 a 1 al Quilmes Athletic Club.
Para ver qué hace realmente esa gente, prometo que un día me voy a infiltrar entre ellos, voy a hacerme pasar por uno de esos que va a contramano de la muchedumbre y al mejor estilo "agente secreto" voy a desvelar la incógnita que esta gente guarda con recelo, domingo tras domingo. Voy a ver si envío alguna carta a uno de esos programas de cámaras ocultas o de esos que revelan conjuras, vendettas, males de ojo, culebrilla, etc. y me voy a poner también en contacto con Corbiere, el escritor que investiga sobre la masonería, porque seguro que para la revista Cabildo y la Iglésia Católica, esta gente debe formar parte de alguna logia judéo-masónica y Marxista que quiere corromper las desdentadas almas de los barras bravas del fútbol argentino. Pero esa investigación no la voy a revelar aquí en este blog porque pueden robarme las ideas y los avances sobre el tema.
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Uff, creo que con el planteo que hice me saqué un peso de encima porque seguro que alguien que lea esto, me va a mandar un mensajito o algo contandome algo sobre este gran misterio. Misterio que junto a otros tantos, conforman el racimo de dudas de un domingo de fútbol...

lunes, septiembre 11, 2006


SIN MENTIRAS LA HUMANIDAD MORIRÍA DE DESESPERACIÓN Y ABURRIMIENTO escribió alguna vez Anatole France y el Kaisser Otto von Bismark dijo "Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería"
Hoy tuve otra duda o mejor dicho hice un comentario con Bárbara G. G. luego de una temporadita veraniega sin comunicación y salió el tema de la mentira y los secretos -si mal no recuerdo y espero que ella lo recuerde bien, me dijo que iba a guardar los que yo le estaba contando- y yo imaginaba que hay tres circunstancias por excelencia en las que el hombre como especie, suele mentir de la manera más espontanea y natural del universo sin que se le caigan los anillos -menos la cara- por ello. Y no me refiero al ámbito de la política, no voy a caer en los lugares comunes porque se sabe que en la política, las declaraciones de ganancias y en la confección del curriculum vitae la gente miente descaradamente. En los dos primeros ejemplos por criminal e hijo de puta -a veces en ganancias uno miente porque lo que gana no le alcanza para nada y menos para que se lo lleve el gran Socio que todos tenemos en el trabajo, o sea, el Estado- y en el tercer ejemplo, el CV, uno miente por desesperación y por boludo. -Igual querido, quedate tranquilo porque nunca te toman más que para cadete o che pibe, mientas lo que mientas y pongas lo que pongas, salvo que seas mujer y tengas un buen par de tetas y un culo de novela, situación y figura en la que los conocimientos y capacidades pasan a un segundo plano.
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Pero hoy me refiero a otros tres ámbitos en los cuales la especie suele mentir y son: cuando uno se cruza con un conocido que hace tiempo que no ve -conocido apreciado o despreciado, lo mismo da- en los velorios -como parte doliente o condoliente, es igual- y en la cama -ya sea como hijo, padre o pareja-.
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Si una persona se cruza con un conocido -en las coordenadas geográficas que sean, lo digo por experiencia- suele relacionarse con su interlocutor de una manera bastante falsa y con preguntas del tipo -ah che, que bien, te casaste? o qué es de tu vida, tanto tiempo? o uhh loco justo ayer estaba hablando con fulano y saliste en la conversación o mengano me dijo que estabas estudiando acupuntura oriental cantonesa.... y boludeces al uso; o el ya clásico -nahh mira donde te vengo a encontrar Titán, pasame tu celular que la semana que viene armamos un fulbito y te invitamos a jugar a la pelota.....
Nunca, nunca, nunca te voy a llamar; imbécil, sabélo. Son soluciones de compromiso. Hacen cambio de números telefónicos, un beso, un abrazo y anda a cantarle a Gardel.....nunca más lo ves y la vida sigue su curso.
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Si vas a un velorio te mienten seas, como dije antes, acompañado o acompañante. Abombado por la situación plañidera y olorosa, plagada de esas flores que en lugares silvestres huelen lindo pero que, en los velorios entre la congoja y los mocos, huelen fatal; más la cantidad de gente que saludás y te saluda sin siquiera saber de donde los conocés o te conocen, tenés que aguantar y decir mentiras.
Si vas, cerca de la capilla ardiente y con el cuerpo presente, te dicen una y mil mentiras. Están esos que hacen una apoteosis del finado y están los que con la excusa de fumar un cigarro y tomar aire, salen a la calle a preguntar si tenía deudas, si tenía guita, etc... pero que cuando te ven o los ves, decís y te dicen mentiras falopa de las más variopintas.
Algunos hasta te hacen un castillo de naipes en toda la noche y al otro día cuando te reponés de la jornada triste, te das cuenta que eran todos una manga de hijos de puta que te mentían con descaro con tal de quedar bien a los ojos de la familia y, digamos, del muerto que como andará dando vueltas por la sala y como ya pasó del plano terrenal al plano celestial, todo lo vé. Pero igual no se ponen colorados...
Y esto no me lo contaron, esto lo viví yo que de buenas a primeras un 21 de julio de hace unos años, había hecho de manera meteórica la carrera de Martillero Público pero que después, a los pocos meses, nadie se acordaba nada y había que cargar nuevamente -si esto lo lee mi psicoanalista me arma una que ni les digo- con el muerto. Todos los hombres gordos de traje, que tan compungidos profanaron el dolor familiar y el recogimiento, producto del desasosiego de la muerte, casi todos -algunos pocos se salvan de esto- se cagaron en los dichos que nunca llegaron a hechos.
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Y por último, cambiando de tema porque la idea de esta entrada es hacer una reflexión y no una diatriba o el paroxismo de lo reaccionario; uno miente y le mienten en la cama. Muchas veces uno se hace el dormido, el enfermo, el que quiere un cuento, una poesía, una canción más. A veces en la cama los niños lloran, berréan, pataléan, rompen las pelotas, todo eso para llamar la atención por la atención misma, una especie de sádicos captadores de atención.
Yo solía -cuando mi madre se partía en dos para estar con mi hermana y conmigo y se sentaba en el ángulo que se forma con las puertas de ambas habitaciones- hacer ruidos y movimientos que producían ciertos sonidos para que ella o él -porque mi padre también andaba por ahí- vinieran a ver que me pasaba por el solo hecho de llamarles la atención. También si ya estaban acostados, me ponía a toser mentirosamente.
Y los padres también suelen mentirnos en la cama con mitos urbanos como el hombre de la bolsa -a la gente de clase alta, las mucamas y las nodrizas deben atormentarlos con los chicos de la calle y los bolivianos, izquierdistas, etc..porque esos niños de departamento luego salen horrorizados y con pensamientos pseudofascistas a las calles de la ciudad y a la vida misma- la mano negra, el cuco y la madre que los parió, con el único fin de hacernos dormir, cagados pero dormidos.
Recuerdo que cuando no quería dormir las siestas los fines de semana, mi papá y mi mamá se ponían en su cama, me acostaban entre medio de ambos y mi padre me asustaba con un cepillo para sacar las pelusas de la ropa -siempre tan pulcro y elegante jeje- y me decían que era Popof -tal la pronunciación pero seguro que su DNI diría Popov-, el viejo de la bolsa.
En verdad no se de donde mierda sacaron ese nombre, mañana cuando se levante mi madre se lo preguntaré, pero de lo que estoy seguro es de que ese tal Popof, con su nombre tan de la europa del este, rumano, croata, serbio-bosnio, bulgaro o hasta ruso, me daba tal miedo que en dos pasadas de cepillo yo ya estaba en el quinto sueño.
Y ni que hablar cuando mi papá me sacaba a pasear con el carrito de bebé, allá por los 80's por Avenida La Plata y -según cuentan- yo me dormia, él subía en el ascensor y al abrir la puerta tijera para ingresar al palier del piso, el cabezón abría los ojos y se ponía a llorar nuevamente, entonces mi padre me agarraba en sus brazos y comenzaba a cantar y a contar los números.....mis familiares más reaccionarios y detractores suelen comentar por ahí que para dormirme tenía que llegar hasta el número 1000 en versos de tres numeros, o sea unos 333,3 versos promedio y ahí entre numeros, versos y golpes de mi cabezota contra algún marco de alguna puerta, me dormía. Bufff me fui por las ramas, es que me agarró la onda melanco y me puse a hacer memoria emotiva jaja.
Y por último, como pareja solemos mentir demasiado, no digo mentir con maldad, pero como dice la canción de Ismael Serrano "...promesas que se dicen en la cama..." y que rara vez cumplimos y nos cumplen, pero ese es otro tema y ahora me voy a la cama, con mi almohada, mi oso Felipe y el mono Tony -tienen 26 años también- a ver si alguien, en un sueño, me cuenta el mejor cuento de todos....

martes, septiembre 05, 2006

COMO UN LEÓN ENJAULADO, así sin eufemismos, directo y al grano. Así me siento hoy aquí en la oficina -la cueva desde la cual escribo esto- y para más inri no hay mucha gente conectada en el msn que me haga olvidar el mediodia triste y sin trabajo que estoy viviendo. En la radio -online- encontré una de Barcelona que pasa buena música y que de vez en vez aparece algun émulo de Pitia e intenta siempre por teléfono, echarle la suerte a la gente. Sabiamente sobre este tema el General Perón -Dios mío, no lo soporto al Pocho y por eso me siento peor que los Anti-Freud cuando tienen que citar conceptos netamente acuñados por el Padre del Psicoanálisis a cada rato- entre gitanos no nos vamos a tirar la suerte y oh paradoja, eso es lo que oigo en esta radio -también lo oía allí en Barcelona eh- que gitanas mentirosas le tiran el tarot a gitanos desesperados por teléfono. Que timo!!!!!!!
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En fin, acabado el tema radiofónico online puedo escribir que hace unos instantes recibí un par de sms al móvil y me alegraron un poco el día. Bueno digamos que alegrar un poco esta bien pero utilizar esas palabras le resta importancia a la mañana que en sí fue muy movidita y entretenida, así que solo diré que alegraron el momento en el que fueron recibidos por mi teléfono móvil.
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Luego de un rato de leer "Los Sueños laberintos del deseo", libro sobre el sueño y la interpretación en psicoanálisis, escrito entre otros por el gracioso profesor de Psicoanálisis I, cátedra de Irene Friedenthal; Daniel Rubinsztejn -si!! no digan nada ni se rían, aunque más que sobre sueños, viendo su apellido tendría que hacer un libro sobre la idische mame y no sobre los sueños de sus pacientes, los que oyó por ahí, los que robó, etc... el libro vale la pena eh- para cortar con lo onírico no literario, me puse a buscar en internet un poco de poesía -luego de leer algunos periódicos internacionales y deportivos jaja- y encontré una de Rafael de León -que de encontrarme yo en una sesión de psicoanálisis seguramente interpretaría el por qué del título de esta entrada y si existe una relación implícita entre el enjaulamiento del león, Rafael de León y el No de su poema, de un "personaje" que no quiere ser enjaulado o encerrado en pacatos encasillamientos de alcurnia.
En fin, interpretaciones que aparecen en las terapias o cuando uno hace mucha terapia y luego como aquel que mira mucha televisión, no distingue entre la ficción y la realidad, jaja.
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Espero que les guste y ahora sí, la tarde se puso movidita y luego de trabajar tengo un café pendiente con mi amigo Matías, futuro político argentino (?) del Partido Socialista Argentino -que espero me agradezca cuando nos encontremos en alguna trinchera de la vida o tras las barricadas de la ciudad y no me putee si algún día dice que por mi culpa cambió su visión del mundo- me voy a seguir trabajando.
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Ahh y a veces las Repúblicas se encuentran donde uno menos se lo espera y las postales que se envían, como botellas al mar, llegan a destino cuando deben y no cuando quieren sus ansiosos remitentes jaja.
El poema esta en www.amediavoz.com
NO
¿Cómo quieres que deje mi vida entre tus manos
y mi jardín de sueños y mi luna y mi rosa?
¿Cómo quieres ponerle orillas a este río
que corre libre y ancho desde que yo naciera?

Me brindas una dulce esclavitud antigua,
dentro de tu palacio con su escudo y su torre,
y lo que necesito es un campo de trigo
por sonde se revuelque mi verso desbocado.

Quieres que esté pendiente de tu traje de novia,
de tu escote redondo y tus manos sin sangre,
de las rancias visitas que vienen a tu casa
y de la barahúnda de tus antepasados.

Y yo estoy con mi nardo, con mi copla y mi vino,
con la muchacha alegre que vende las naranjas,
con el niño pequeño que pide la limosna,
y con el árbol que da sombra a los pájaros libres.

Estaría una semana besándote la mano,
elogiando marfiles y mirando vitrinas,
y de pronto, una noche, llegaría mi viento
a romper miniaturas y abanicos de encaje.

Mi verso es como un toro colorado y terrible
que no aguanta ni el hierro de la ganadería,
y que lo mismo baja a beber al arroyo,
que anda leguas y leguas hasta encontrar los mares.

Yo vivo en una choza de cartón y de nubes,
con un pino y un monte y un aljibe de sueños.
Cuando quiero un castillo, me vuelvo medio loco
y arquitecto de luna, lo construyo en el aire.