martes, septiembre 12, 2006


DÓNDE VA LA GENTE CUANDO LLUEVE se preguntaban, hace un par de lustros, en una canción del grupo hippie-revolucionario, Pedro y Pablo los integrantes Jorge Durietz y Miguel Cantilo.
Y creo que no cabe duda, la gente cuando llueve va a los mismos lugares que cuando no llueve y, si no va a todos, por lo menos va a casi todos.
Ayer llegando al estadio de River Plate me asaltó una duda que más que una duda es un interrogatorio recurrente, el del eterno retorno o mejor dicho el de la eterna pregunta de dónde va la gente que mientras uno llega a la cancha, circula en dirección contraria al estadio. A ver si me explico, mi pregunta concreta sería: Qué mierda hacen los cientos de individuos que faltando 5 minutos para que los equipos ingresen al campo de juego te cruzan por la calle caminando en sentido contrario -pero con atuendos de domingo, esto es con ropajes riverplatenses- al que circula el grueso de la gente que va a ver los partidos.
Esta pregunta la tengo hace bastante, pero se me presentó de manera más severa en este último tiempo. Antes tal vez la misma gente hacía el mismo recorrido inverso, el recorrido de la salida del estadio cuando en realidad los hombres de a pie hacemos el camino hacia el estadio cuando esta por comenzar el encuentro y desandamos el recorrido que hicimos unas dos horas antes, cuando nos retiramos del mismo. Eso es siempre igual, el camino no cambia, lo que a veces cambia es le humor -se gana, se empata o se pierde- al salir del estadio.
Pero esta gente no, esta gente se va cuando tiene que venir y tal vez venga cuando tiene que irse, no me queda muy claro. Pero repito, antes lo veía menos porque solía llegar con tiempo para ver la reserva y para charlar un rato con la gente que viene conmigo a la cancha, pero últimamente disfruto de las colas ingentes, las filas triples y hasta cuadruples de hinchas comprando la entrada y hasta a veces de algún que otro arrebato entre gente y policias o cuando hay que cruzar mucha calle llena de caballos y por ende de la mierda que los mismos hacen en la acera. Bahh ahora que lo pienso, tampoco hago yo las colas ingentes porque al ser socio entro directamente, pero bueno, un poco de sufrimiento literario no viene mal, al menos para rellenar viene bastante bien.
Bueno, igual no resolví ni descubrí nada este domingo que ganamos 2 a 1 al Quilmes Athletic Club.
Para ver qué hace realmente esa gente, prometo que un día me voy a infiltrar entre ellos, voy a hacerme pasar por uno de esos que va a contramano de la muchedumbre y al mejor estilo "agente secreto" voy a desvelar la incógnita que esta gente guarda con recelo, domingo tras domingo. Voy a ver si envío alguna carta a uno de esos programas de cámaras ocultas o de esos que revelan conjuras, vendettas, males de ojo, culebrilla, etc. y me voy a poner también en contacto con Corbiere, el escritor que investiga sobre la masonería, porque seguro que para la revista Cabildo y la Iglésia Católica, esta gente debe formar parte de alguna logia judéo-masónica y Marxista que quiere corromper las desdentadas almas de los barras bravas del fútbol argentino. Pero esa investigación no la voy a revelar aquí en este blog porque pueden robarme las ideas y los avances sobre el tema.
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Uff, creo que con el planteo que hice me saqué un peso de encima porque seguro que alguien que lea esto, me va a mandar un mensajito o algo contandome algo sobre este gran misterio. Misterio que junto a otros tantos, conforman el racimo de dudas de un domingo de fútbol...