No soy de aquí, ni soy de allá
El espacio público de las pequeñas cosas privadas. No es un simple blog, es una declaración de principios.
martes, agosto 01, 2006
ES MUY COMÚN OÍR A LA GENTE, igualmente común, decir la siguiente frase: La H es muda.
Es cierto, esa gente común que comunmente dice eso tiene razón. La HACHE es muda. Muchos se preguntarán entonces, para qué se escribe si total no suena. No voy a hacer de este blog una tribuna de discusión gramatical, etimológica, etc.; cualquier duda puede ser consultada en el diccionario de la Real Academia Española www.rae.es. Asi que solo haré mención al mutismo de la pobre letra H.
Muchos en el uso de los distintos programas de chat suelen omitir la H, la mayoría de las veces por comodidad y otras (las menos) por temor a equivocarse al escribir. -Naa boludo, no me equivoqué, no ves que yo no pongo la H.... Cómo si tal cosa le diera la potestad encubierta de cometer errores y horrores de ortografía, una especie de patente de corso para equivocarse. Solo conozco una persona que de forma deliberada y con el previo aviso pertinente, me hizo saber de una vez y para siempre que no usaba la H en el msn y hasta hoy ha cumplido.
Ahora bien, este post no viene a hablar de chats, cartas, horrores ni errores de ortografía, sino del paralelismo entre la letra H y los excluidos.
No pretendo hacer aquí un estudio sociológico de las distintas formas de exclusión existentes en este injusto país (fiel reflejo, sin lugar a dudas, del mundo) en donde no solo los pobres son ignorados, sino también todos aquellos que se encuentran en inferioridad de condiciones respecto del resto opresor. Esto quedará para entidades y personas más calificadas en el asunto y no en mí, pequeño grano de arena que brega por un mundo mejor.
Lo que quiero con estos párrafos, y con algunos que vendrán, es darle voz a esa gente; escribir sobre ellos, citar autores que se han dedicado y otros que se dedican, porque los oprimidos existieron antes y existen ahora. Sería bueno que en un futuro la palabra oprimido dijera: adj. utilizado en el pasado para significar a aquel que está sometido a la vejación, humillación o tiranía de alguien. Y lo mismo para pobre, discriminación, etc.
(...)
Acabo de oír en el telediario de la medianoche que cuatro personas murieron por la ola de frío polar que azota al país por estos días, algo que es realmente grave. Pero la gravedad se ve no solo en estos muertos de frio, la gravedad está ahí, a pocas cuadras de casa y en algunos medios de comunicación conmovidos por la situación de mucha gente que muere de hambre. Programas de TV como La Liga o Humanos en el camino muestran esa realidad semanalmente y de forma brutal (editada o no para el shock). Justamente esta persona que escribe sin H en el msn, hace unos días con motivo de la ola de calor que abrasaba España, me preguntó si aquí la gente moría por golpes de calor o por el frío tanto como morían en Europa. La verdad que me salió del alma un chiste, ese humor negro que sale en los momentos más conflictivos, ese que te hace decir cosas que luego pueden sonar duras; le dije -No, que va, aca la gente no muere de calor o de frío, aca mueren de hambre, la gente no llega al invierno o al verano para morirse. Son muertos de media estación. Que loco, los pobres son mudos como la H y los muertos de hambre aparecen en las temporadas de rebajas.
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