
SABIDO ES QUE JAPÓN FORMÓ PARTE, junto a la Alemania nazi, del denominado EJE, pero también supimos y sabemos que siempre pagan los platos rotos las poblaciones civiles.
Porque si bien dicen los militares que ellos no quieren ir a la guerra inutilmente -Porque somos los que sabemos y por eso como oficiales morimos primero (Prof. capitan de fragata (R) J. Sarmiento en un rapto de patriotismo mentiroso durante una clase de Geopolítica en la Universidad del Salvador) en este caso y en casi todos, un puñado de hijos de mil putas gobernados desde occidente por otra manga de delincuentes con carnet para matar (y cómo) da por concluida una guerra que ya estaba practicamente liquidada y por ello, para la capitulación japonesa, no era necesaria tal barbarie.
Igual, eso no fue todo, había que esperar hasta el 9 de agosto.
Un B-29 Superfortaleza (el mayor avión bombardero construido durante la II Guerra Mundial) sobrevolaba la ciudad de Hiroshima. Con 12 tripulantes y al mando del coronel Paul Tibbets, el Enola Gay, bautizado por Tibbets con el nombre de soltera de su madre, denominación que echa por tierra todas nuestras dudas, probando que no sólo era sádico sino que también era un tremendo hijo de puta, con el debido respeto a las meretrices.
El poder de fuego de la bomba de uranio 235 era similar al de 20.000 bombas convencionales, aunque esto poco importó a los norteamericanos y menos aún a los 140.000 muertos que vieron sus relojes pararse a las 8.15 de la mañana de aquel 6 de agosto de 1945.
"...Un bello arcángel aletea junto a un gran pájaro de hierro.Procura que un hombre
lo vea para ahuyentar cien mil destierros.Pero el arcángel se sofoca y un ala
azul se le lastima y el ave negra abre la boca cuando atraviesan Hiroshima..."
Silvio Rodriguez, fragmento "Cita con Ángeles"
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